lunes, enero 09, 2006

La parte oscura...

Hoy, señoras y señores, les voy a comentar un impulsivo capitulo, ocurrido recientemente, que a parte, dejó expuesta una parte de mi que pocas veces tiene la osadía de asomarse, pero cuando lo hace, lo hace a lo grande.

El lado femenino (ahora es cuando me gustaría haber creado este blog con otro seudónimo, para que mis colegas no se descojonen al leerlo), ese lado que, un día, mientras miraba los pantalones que tenía en el armario, susurro suavemente “necesitas comprarte unos pantalones nuevos, que estos te van grandes y pareces un rapero”. Así que ni corto ni perezoso, me baje a la calle mayor a una tiendecita que me gusta, generalmente lo que tienen, y no son marcas muy habituales. Llegar fue un paseo corto, apenas 5 minutos andando entre la gente. Entre en la tienda, pille a un chico que trabajaba allí y le dije lo que quería. Se presto raudo a ayudarme, le pregunto a su amiga cual era mi talla, “una 44 le ira bien”, y ahí empecé probarme pantalones a un ritmo frenético, la voz en mi interior no cesaba ni un momento “no me gusta el color”, “pero que piernas te hacen”, “¿y tu te vas a poner eso?”... Al final dí con uno que nos gusto, a mi y a mi vocecita, pasé por caja, pague lo que costaban (no preguntéis, cotillas :P) y me marché a casa contento y satisfecho.

El caso es que ya me los he puesto unas cuantas veces, y cada vez me gustan menos, ¿por que narices le tuve que hacer caso?, ¿en que demonios pensaba?. Vale, creo que lo correcto sería decir que no pensaba, estaba ahí la vocecita, con el control total de mis acciones y con mi voluntad doblegada a todos sus deseos.

Se que volverá, no se cuando, no se por que, pero volverá, y tendré que agachar la cabeza y dejarle hacer de nuevo, porque es así, ley de vida.


En fin, solo espero que la próxima vez tenga mejor gusto escogiendo lo que sea, y lo amortice a conciencia.


Un saludete desde esta sopa de letras.