jueves, marzo 22, 2007

El niño que llevo dentro

Hace tiempo que quería hablar de este tema, bien sea porque me siento orgulloso+6 de disfrutar de él o porque veo que la gente lo suele tener reprimido a mas no poder.

Es una vocecita, que me hace disfrutar de cosas tan sencillas como comprarme un pastelillo de la pantera rosa (que por cierto, están tremendos) o a veces añora el juego de policias y casos, pensando que le gustaría jugar de nuevo (pero tal y como está la sociedad hoy en día, no lo creo factible).

El último regalo que me ha dado esa personita, ha sido una alfombra de baile para jugar al Stepmania un clon del Dance Dance Revolution para poder desmelenarme en el salón con toda la tranquilidad del mundo (aunque el jueguecito se las trae cantidad). No intento visualizarme jugando para no morirme de la vergüenza ajena que me provocaría (paradoja: ¿me puedo causar vergüenza ajena a mi mismo?) y me estoy enganchando cosa mala.

Tambien tengo ganas de ir a jugar a Airsoft, algo así como una versión moderna de los soldaditos y demás, pero con mas recursos, en zonas preparadas, con unas armas muy chulas (eso si, como te dé un bolazo, pica pica y repica mogollón), con reglas mas allá de "en mi barrio jugamos así" y chorradas similares.

Partidas al monopoly, míticas partidas al monopoly. De hecho, no se si realmente ese juego tiene final, porque cuando nos hemos puesto con los amiguetes, nos hemos estado horas, pero nada de nada.

También me emociono cuando lanzo una bola de papel a la papelera y encesto, o imagino un mate de la leche. Golpear con un palo en una verja e ir haciendo ritmos en mi cabeza. Ir pensando que superheroe me gustaría ser. Diseccionar situaciones de películas e intentar averiguar que haría yo en el lugar de los protagonistas (el género de cine X no cuenta, ya que yo haría lo mismo que ellos en ese caso concreto). Hacer ritmos golpeando con mis manos en el vientre, aunque se que con ello no me voy a hacer rico, porque soy muy mediocre, jejejeje. Hay mil historias que se me pasan por la cabeza, algunas muy simples, otras no tanto, pero me gusta no ir por la vida con un halo de seriedad autoimpuesto, y si esa vocecita me incita a salir con la resaca un domingo a la caza y captura de un chocolate con churros, solo porque me he acordado de la vez que tenía 10 años y estaba en gijón de vacaciones tomandolos.

No es profundo, pero me apetecía soltarlo. Hoy no tengo la musa al lado inspirandome mientras tecleo frenéticamente el teclado (tampoco Clippy, el asistente ese del Office que en vez de ayudar, estresa), así que espero no haber bajado demasiado la calidad del blog.

Saludooooooooooos (a quienes me lean).

"Niu luk"


Hay momentos de la vida en los que por las circunstancias, necesitas verte de otra forma.
Para eso se inventó la peluquería.
PD: Salgo serio pero no lo soy.